La expansión demográfica del siglo XVIII, debido, sobre todo, a la mejora de las condiciones de vida, progresos en las técnicas agrícolas, retroceso de la mortalidad, etc., permitió la aparición de nuevas casas de labranza y la roturación de nuevas tierras que se extendieron hasta configurar el municipio actual.
Podemos destacar las cañadas que cruzan el territorio, como por ejemplo, la denominada Colada de Los Montesinos, que atraviesa el término en su totalidad y que antiguamente llegó a tener una anchura de 30 metros, por donde llegaban los ganados provenientes de la Mancha y de Castilla a pasar los inviernos en la zona. Su estado de conservación es bueno y son caminos de paseo. También existe una rambla, que en algunos puntos tiene hasta 150 metros de anchura y desemboca en el Reguerón, entre la Marquesa y Lo Reche, llegando a morir en "las salinas".
Existen dos Iglesias en el término Municipal:
- Ermita de la Marquesa: la más antigua situada en el caserío de La Marquesa, a unos tres kilómetros del casco urbano. Fue construida en el Siglo XVIII, como ermita auxiliar de la Iglesia de San Miguel Arcángel, localizada en el municipio de San Miguel de Salinas.
Esta construcción sufre tres reformas y tras el terremoto de 1829, presenta dos naves, central y lateral oeste, torre y altar mayor. Está dedicada a Nuestra Señora del Rosario. Con motivo de dicha festividad, se realiza una Romería hasta la Marquesa.
- Parroquia Nuestra Señora del Pilar: Fue convertida en Iglesia Parroquial en 1824. La situada en el casco urbano fue construida por las gentes del pueblo en 1886. Compuesta de una nave central, dos laterales de menor tamaño, altar mayor, coro y torre.
Podríamos destacar de entre sus imágenes más representativas, Nuestra Señora del Pilar, Virgen de la Dolorosa y el Cristo de la Agonía. Destacan por su perfección, influencia de la escuela de Salzillo y escultura de bulto redondo, respectivamente.
Las fiestas mayores corresponden con la festividad del Pilar, que se celebran en la semana anterior al 12 de octubre y llegan hasta este mismo día. Otra festividad es la del 14 de junio del Sagrado Corazón de Jesús. De carácter laico es la fiesta celebrada el 30 de julio, en la que se conmemora la independencia del municipio de Almoradí.
Una
de las historias más bonitas y entrañables de
la Semana Santa de esta localidad es la del Cristo del Vía
Crucis.
Esta imagen se restauró en el año 2003 y data del siglo pasado, la cual, según cuentan, fue donada por un fraile a la familia 'Vallejos'.
Después de la Guerra Civil, destruidas todas las imágenes, la familia Vallejos la prestaba para hacer las procesiones de Viernes Santo. Más tarde, en los años 50, se compró el Cristo de la Agonía para el Viernes Santo, por lo que la imagen ya no era necesaria para la procesión.
Hace algunos años, la Junta Mayor pensó que sería un detalle intentar restaurar la tradición y rememorar antiguas costumbres. Se trataba de recuperar a ese Cristo que había servido al pueblo tantos años y portarlo en la procesión del Martes Santo (Vía Crucis Penitencial), que hasta ese momento se había hecho con una cruz sin Cristo. Por supuesto, la familia Vallejos accedió gustosamente a dicha petición, con lo que todos los años llevan al Cristo y lo dejan durante toda la Semana Santa en la Iglesia de la Inmaculada.
El año pasado, los Vallejos también donaron los cuadros de las estaciones del 'Vía Crucis', que pasan por algunas casas del pueblo en un recorrido alternativo al de las demás procesiones.